sábado, 13 de agosto de 2011

Un lacónico viaje


Duermes conmigo
todas las  noches de verano
en un rincón del libro
que te escribió el corazón
vas contando latidos
en mi pecho soñador
mientras el silencio
suspira en un beso
que forma parte
de tus labios de aire
cuyo néctar significa
que el amor es una flecha
que penetra en el tiempo
mas allá de las vidas
aunque todo sea un signo
de ilusión y de delirio.
Me regalas tus horas
en las noches de domingo
que quedan impresas
en las cartas del alma
que hacen de la estancia
un lacónico viaje
hacia una realidad
pocas veces desnuda.
Abrázame esta noche
hasta encantar a los astros
creando una huella
que no se ha de entender
y si llega la mañana
que no lleguen tus lagrimas
porque todas las noches
pueden ver en la penumbra.

A Pamela Courson.

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